En términos generales, según el análisis de la evolución del crédito en España desde 2004 desarrollado por el Banco de España, el crédito ha seguido una evolución muy cíclica, creciendo mucho hasta 2007; decreciendo mucho durante la crisis (hasta mediados de 2013); y empezando una tímida recuperación desde esa fecha. El Banco de España advierte que «no es previsible ni deseable, en todo caso, que se alcancen cifras próximas a las de la etapa expansiva, que llevaron a la acumulación de desequilibrios de distinta naturaleza y aumentaron la vulnerabilidad de la economía española a desarrollos adversos».
El regulador también insiste en el documento en que, pese a la fuerte concentración que se ha registrado en el sector financiero, en España la competencia no está en entredicho. Para explicarlo, el estudio hace referencia a la evolución de los márgenes aplicados a los créditos que, según su conclusión, «se sitúan actualmente en torno a los valores medios del periodo analizado en la mayoría de los segmentos del mercado del crédito».
El documento también revela que los bancos extranjeros que operan en España (vía filial o sucursal) han duplicado su cuota de mercado, desde el 5% hasta el 10%, e incluso por encima en el segmento de financiación no hipotecaria a hogares. Esta mejora de la posición relativa de los extranjeros empezó con el comienzo de la crisis, en paralelo a la pérdida de peso de las entidades con problemas (nacionalizadas y otras que necesitaron ayudas).
Entidades financieras y crédito para las empresas
El crédito a empresas por importes inferiores al millón de euros es, en cambio, el segmento que se ha mantenido más constante en el periodo examinado. Lo llamativo es que el Banco de España asegura que dentro de este segmento han ido perdiendo peso los grandes bancos con fuerte presencia internacional, según la definición del regulador, que en España se aplica únicamente a Santander y BBVA.
Los grandes bancos, al contrario, han aumentado su presencia en el crédito a empresas de más de un millón de euros, es decir, a las grandes corporaciones. Según el regulador, esto significa que «se ha producido un cambio en la especificación de las entidades por tipo de cliente, de modo que las de mayor dimensión con negocio significativo en el exterior han tendido a concentrar su actividad en la operativa con las empresas de mayor tamaño, mientras que el resto de entidades nacionales se ha centrado en la financiación de las compañías más pequeñas». Una conclusión que contrasta con las estrategias comerciales anunciadas por estos bancos, que en los últimos años, en línea con el resto del sistema, aseguran querer crecer justo en el segmento de pymes.
Nota:
Este post es un extracto del artículo de Expansión: Los grandes bancos han perdido cuota de mercado en pymes en la última década basado en el Informe Trimestral de la Economía Española desarrollado por el Banco de España.
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